Crecer para crear, crear para crecer

Crítica a la LOMCE

“Y es que está claro que tras una reforma tan nefasta como la que se está  llevando a cabo, vamos a necesitar un auténtico milagro para salir del atraso,  la zafiedad y la profunda ignorancia a la que nos están abocando” Fernando J. López

 

Como punto de partida en el análisis del anteproyecto de ley educativa podemos decir que la  definición que se hace de educación no es la más adecuada, ya que es mercantilista y utilitarista. Se entiende como un factor dependiente de los procesos económicos y que debe enfocarse a sus resultados. Estamos, por tanto, dejando llevar por el sistema económico algo tan importante como es la educación de nuestros hijos. A lo que ellos llaman refuerzo de la autonomía, nosotros pensamos que creará mas competencia entre los centros y, con esta autonomía, los directores tendrán la posibilidad de elegir el profesorado, medida que sólo fomentará el “enchufismo”.

Como bien se indica en el texto, uno de los principales objetivos de esta ley es el de implantar  pruebas de evaluación a nivel nacional en puntos críticos de cada etapa educativa. Esto no es más que dificultar aún más el trayecto de los alumnos, fomentar la competencia entre centros y zonas geográficas con diferente renta cuando se eliminan profesores y ayudas y se suben tasas. Estas pruebas pueden ser positivas y emplearlas para incorporar medidas educativas donde haya problemas, pero el motivo que subyace no es ese, sino es de castigo a quien no cumpla los requisitos exigidos, retirándole las ayudas y la renta que hasta entonces le concedían.

En cuanto a adelantar la edad de elección entre una vía académica y otra profesional, es algo  que provoca que aquellos alumnos de ámbitos de renta más baja se inclinen antes por la vía profesional. Además la Formación Básica Profesional se desarrollará en el mismo centro, en el año de 4º de la ESO y se teme que cree en los alumnos el efecto negativo de verse a sí mismos como menos capacitados. La diferencia entre unos y otros será algunas asignaturas en el mismo centro, como puede comprobarse en el propio texto del anteproyecto. Es también en cuarto curso de ESO, con tan solo 15 años, donde los alumnos se verán obligados a elegir entre una vía académica y otra profesional. Es precisamente en los países donde se realiza esta segregación que los resultados son peores.

El alumnado que decida ir por la rama de Ciencias dejará de estudiar Historia después de 2º de la ESO y no volverá a trabajarla hasta 2º de Bachillerato, donde sólo ven la Hª de España, quedando al margen de su conocimiento toda la Historia del Mundo Contemporáneo y, por tanto, dejando de conocer etapas, como la Evolución y triunfo de los Totalitarismos, quizás para evitar que puedan establecer paralelismos entre el pasado y el presente, las Guerras Mundiales, Guerra Fría, así como la historia más actual y reciente, como Torres Gemelas, 11M… quizás para potenciar el desconocimiento sobre temas cotidianos, así como para anular la capacidad de reflexión y crítica sobre los mismos, contribuyendo a generar ciudadanos fácilmente manipulables e irreflexivos.

Y como la reforma vela por el tiempo de nuestros estudiantes, se prescinde de materias que les distraen como la Ética o la Educación para la Ciudadanía y se restan horas a las que, según nuestro actual ministro, no sirven para nada, como Tecnología o Plástica, porque esta claro que la educación que construye y que fomenta el crecimiento personal es perjudicial para un gobierno al que le disgusta tanto el pensamiento libre.

En cuanto a realizar una evaluación en cada etapa de educación  primaria solo podemos decir que se trata  de una prueba tras otra para dificultar y obstruir la educación, aunque no se trata de una prueba eliminatoria, sí que constara en el expediente del alumno. En el caso de secundaria, para poder obtener el título de Educación Secundaria, también es necesario pasar una prueba de evaluación que esta sí será eliminatoria.  Y al concluir bachiller, aunque se haya eliminado selectividad, deberán pasar otra prueba para acceder a la universidad que contará un 40% en la nota de acceso, siendo el otro 60% la media obtenida en bachillerato.

Pero esto no queda aquí, con la aprobación de la LOMCE, las universidades tendrán la capacidad de elegir a sus futuros alumnos, (hecho que nos hace parecernos cada vez mas, al sistema educativo de Estados Unidos) a través de las pruebas que ellos deseen (no solo tiene que ser escritas), que serán ese 40 % antes mencionado. Esto afectará de forma negativa al alumnado, prematurizando algunas decisiones, pues con 18 años aun se está por entrar en la vida adulta.

Como último punto nos referimos al sector del profesorado que comenzará a ser tratado como mera “mercancía” sobre la que se ejercerá represión si estos no siguen las pautas marcadas, siendo muchos de ellos colocados a dedo, rompiéndose el principio de igualdad.

No se respetarán las especialidades de los profesores. Ya había empezado a ocurrir en Madrid y otras provincias de forma ilegal, ahora es legal. Los profesores podrán ser destinados a etapas y especialidades que no les corresponde. No es más que otra forma de degradar la educación.

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